La atención en Saturdays Albergue es excelente, con servicios tipo hotel y la limpieza y organización de un hostel de calidad. El personal responde rápidamente y soluciona problemas eficazmente. La ubicación es ideal cerca de una avenida principal con acceso al metro.

Ruido del bar en el primer piso a la noche dificultaba el descanso. Ventilador insuficiente en la habitación calurosa, con persiana rota permitiendo entrada de luz.

La ubicación resultó ser conveniente, con fácil acceso al metro y atractivos cercanos como el Elevador de Santa Justa y la Plaza Rossio. Aunque las instalaciones eran modernas y limpias, la falta de comodidades en la habitación fue notoria. Sin embargo, la cocina bien equipada y el supermercado cercano facilitaron nuestra estancia. El personal fue amable y servicial, lo que sumó puntos positivos a nuestra experiencia. A pesar de las limitaciones en la habitación, la cercanía a los principales puntos de interés y la posibilidad de relajarse en un ambiente cómodo contribuyeron a un agradable viaje en familia.

Excelente ubicación y comodidad, pero falta de atención al cliente

Sin embargo, sería ideal que el hotel prestara más atención al servicio al cliente, ya que hubo situaciones como falta de mantas en habitaciones frías y ausencia de información sobre obras en el alojamiento que afectaron la experiencia.

Pasé una noche en este albergue. ¡Qué locura! Mi habitación daba al rincón más ruidoso del mundo: cocina, baño, todo en uno. Nos sentamos y. ¡pum! se despegaba del suelo. ¡Imposible dormir! La única salvación era el bar de cervezas abajo. ¡Menos mal! Por lo menos pude disfrutar de unas tapas ricas. ¡Volvería por la comida! ¡Qué risa!.

La habitación era pequeña pero estaba bien y muy limpia, y la ubicación en el centro de la ciudad es genial, cerca de todo lo que necesitas, con un supermercado cercano y un restaurante llamado Canil que tiene un sabor super delicioso y a un buen precio. Aunque a veces se oían ruidos, no tanto del restaurante que está debajo del hotel, sino de las puertas chirriantes y personas hablando fuerte en el pasillo, fue algo menor. ¡Una estancia cómoda y encantadora! 🌟.